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COVID, el costo de alimentos y la pandemia de hambre en Colombia

COVID, el costo de alimentos y la pandemia de hambre en Colombia

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Los colombianos están sufriendo un shock colectivo al evidenciar la inflación desproporcionada que se ha generado debido a la pandemia y el aumento de precios de los alimentos.  

Aunque la inflación en Colombia esta reportada como del 5.6%, la verdad es que la tasa de alimentos básicos creció en más del 17.3%  según el mismo DANE.  Si se consideraran más productos en la canasta familiar, los colombianos verían que el costo de sus gastos en alimentación subió por encima del 25% y que estos costos esperan incrementarse en el 2022. 

Es verdad que en parte esto es resultado de un efecto global de la pandemia, que en parte esto es resultado de un efecto global de la pandemia, pero ha afectado en forma desproporcionada a Latinoamérica y Colombia.  El Fondo Monetario indicó que prevé que la inflación en las economías avanzadas cierre al 3,6 %, y para economías emergentes, al 6,8 %.  El mismo Fondo advierte que espera que la inflación continúe creciendo en forma significativa en los primeros seis meses del 2022 y que la diferencia entre países avanzados y emergentes continúe. En palabras simples, el costo de vida en Colombia continuará creciendo en el 2022 mas allá de los aumentos ajustados a comienzos del año.

Según el índice de precios de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), los precios de los alimentos subieron a su tasa mensual más rápida en más de una década y en un solo año, de diciembre del 2020 a diciembre del 2021 subió el   23,1 % y un aumento de cerca del 40% en la ultima década.

FAO Index de Alimentos

Los datos reportados en enero del 2022 muestran el aumento abismal del costo de productos de primera necesidad y un aumento sin precedentes en las tasas de pobreza y hambre.

El COVID ha afectado todos los aspectos de la cadena de alimentos, afectando el trasporte, demorando cosechas, reduciendo la capacidad de compra debido a la pérdida de trabajo.

Los colombianos pierden a pasos gigantes su capacidad adquisitiva

Esta realidad alarmante del incremento del costo de alimentos que es aún más marcada en Colombia y está afectando a todos los colombianos. Todos verán sus precios de mercado subir con respecto a su ingreso. 

Los alimentos como la carne, los granos, el azúcar, la leche considerados alimentos básicos de la canasta familiar están por los cielos en Colombia.  Una bolsa de leche subió en promedio 11% en los últimos meses según el DANE, pero la gente reporta aumentos de precios de $1.850 la bolsa a más de $3.000 por bolsa en algunas ciudades del país. 

Al mismo tiempo, el salario mínimo subió el 10%, muy por debajo de la inflación de alimentos del 17.3% según el DANE y por debajo de la tasa reportada por FAO de 23% .

Obviamente la gente que depende de un salario mínimo o un salario de menos de 4 millones de pesos mensuales serán los más afectados. Quizás las personas con ingresos superiores a 4 millones pueden redistribuir su ingreso y manejar el aumento de costos de alimentos de mejor manera.  Claro está que el aumento de costos en Colombia no es solo en los alimentos.  El aumento en servicios, transporte, impuestos, también fue desproporcionado con respecto al aumento de ingreso.

Un grupo especialmente vulnerable son los pensionados del país. Si reciben más de 1 millón de pesos en pensión, no les ajustan en el 2022 un aumento del 10% del salario mínimo, pero el IPC que se definió es solo el 5,3%. Ellos perdieron significativamente su capacidad adquisitiva.

Si a eso le sumamos la devaluación del peso en momentos en que el país todavía depende de muchas importaciones de comida, podemos decir que todos los colombianos amanecieron en el 2022 un poco más pobres con respecto al resto del mundo.

El “conmigo no es” no funciona esta vez.  Al final, sea en mayor o menor medida todo colombiano perdió capacidad de compra.

La pandemia del hambre

El principal problema que enfrenta Colombia en el 2022-2023 es la pandemia del hambre y esto debería ser una prioridad inmediata. Deberia indignar a todos que con la cpacidad de producir tantos alimentos tantas familias esten padeciendo hambre o muriendo de hambre en Colombia.

El hambre no es un fantasma. Es una realidad innegable que está afectando a millones de colombianos, la mayoría niños. Todos hemos alguna vez sentido hambre. Quizás valga la pena cerrar los ojos e imaginar esa sensación durante todo el día, imaginar qué sería sentirla por varios días para entender qué es lo que está sintiendo más de la mitad de nuestro país. 

El informe presentado por la Asociación Nacional de Empresarios (ANDI) en alianza con la Red de Bancos de Alimentos de Colombia (ABACO), el 1 de diciembre del 2021, reveló que el número de personas que viven en pobreza extrema es de 7 millones y que de los 21 millones de colombianos que tienen dificultades para comprar comida, unos sí comen un día, pero al otro día no.  Mas del 55% de los colombianos tienen riesgo de inseguridad alimentaria y más de 560.000 niños padecen de desnutrición crónica.

Muchos niños murieron de hambre en el 2020 y 2021. Estas cifras no son claras dado que la mayoría de la población vulnerable vive en zonas rurales, pero al menos 6 de cada 100.000 niños en Colombia murió de hambre. Eso sin contar los muchos problemas que los niños que sobreviven malnutrición crónica tendrán en el futuro.

Los países como Colombia que no han protegido su campo y la capacidad de producir sus propios alimentos, están cosechando el resultado de una política neoliberal extrema que dejó al país débil en el campo y dependiendo de importaciones de productos. Importaciones que cada día cuestan mas no solo por la devaluación, pero por los incrementos en transporte y la escasez mundial en producción de alimentos.

Es paradójico que un país con tanta tierra, tantos alimentos, tanto campo, no sea capaz de mantenerse y defenderse en medio de esta crisis global.  Nadie habla de las medidas que son necesarias para mantener los productos básicos a precios razonables. Para reactivar cultivos que fueron relegados a importaciones durante los terribles tratados de TLC liderados desde el gobierno de Gaviria.

No existe un grupo de trabajo de gobierno que mire a la principal consecuencia de la pandemia: el encarecimiento global de alimentos que ha llevado a un aumento sin precedentes de los índices de hambre.  

No existen planes concretos para evitar la subida desbordada de precios de carne, granos, aceite, leche. No hay planes para controlar la devaluación de la moneda y encontrar mejores medidas para apoyar a los más vulnerables. me pregunto,  ¿quiénes son los verdaderos vagos? ¿Es incompetencia o es decidida intencional tener tan mal manejo económico del país?

Esta falta de visión y de no entender que estamos en medio de una coyuntura mundial es típica de los políticos que solo están pensando en cómo beneficiarse personalmente de las crisis y de un gobierno incapaz de manejar un país. Gobernar les queda grande. 

Otros países se están preparando para manejar la situación y han implementado planes de proteccionismo al campo, han cambiado sus políticas económicas y algunos han reducido el IVA para darle un respiro a la gente. Se han creado programas de apoyo para reducir el hambre, controlar la inflación y ya se empiezan a implementar varias de esas medidas de apoyo en Europa.

Los demás países, los que improvisan, los que no les importa el problema, verán un incremento significativo de pobreza y hambre.

A puertas de elecciones del 2022, los colombianos deberían demandar un programa concreto de los candidatos a la presidencia, programas que definan las acciones que se deben tomar frente a una crisis mundial que sigue rampante.

Es necesario escuchar a los candidatos cómo piensan manejar la economía, la pandemia del hambre y cómo van a enfrentar una crisis donde la población vulnerable se ha vuelto más vulnerable.  Donde la pobreza y el hambre se incrementa día a día. Donde los niños colombianos están creciendo con malnutrición. Sería interesante ver que propuestas surgen para empezar a manejar una economía que, hasta hoy, está totalmente a la deriva.

En realidad, un país agrícola y productor de leche, granos, carne y de los productos básicos, no solo podría proteger a su población, pero podría ganar mucho capital en tiempos de escases y podría vender productos a otros países. No es utópico. Requiere voluntad política, planeación e iniciativa.

Las crisis en Colombia pasan de agache porque el país se acostumbra a todo, normaliza todo Pero esta vez será más difícil normalizar lo que pasa porque se sentirá cada vez con más fuerza en el bolsillo de todos los colombianos.

Foto cortesia de Mario Toro

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