Episodio 3. El curioso destino paralelo de Jorge y Juan Pablo Escobar
Episodio 3. El curioso destino paralelo de Jorge y Juan Pablo Escobar
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Con motivo del estreno del documental «Lara, el hombre que intentó salvar a Colombia» de la cineasta inglesa Mags Gavan, Bandalos les propone una serie de artículos que recorren la vida y la lucha de Jorge Lara, a través de charlas y entrevistas de nuestra periodista Guylaine Roujol, con el tercer hijo del ministro de Justicia asesinado en Bogotá, el 30 de abril de 1984. Estos encuentros tuvieron lugar en Bogotá y París, en 2021 y 2022, siendo el último cinco semanas antes de su fallecimiento el 9 de marzo de 2022 en la capital francesa.
Episodio 3. El curioso destino paralelo de Jorge y Juan Pablo Escobar
En la tragedia griega, los héroes luchan contra el destino. En el drama del asesinato del ministro de Justicia, sorprende comprobar que la familia del verdugo y la de la víctima siguieron caminos parecidos, o al menos con muchos puntos en común, como si ambas estuvieran marcadas por una maldición. Hasta que el hijo del verdugo se encuentra con las víctimas de su padre durante el rodaje del documental Pecados de mi padre, en 2009.
En las tragedias, los protagonistas toman decisiones desgarradoras que suelen desembocar en un desenlace fatal. Eso es lo fascinante. Juan Pablo Escobar (hoy Sebastián Marroquín) y Jorge Lara, al hacerse amigos, cambiaron el rumbo de su historia. Tal vez ilustraron magistralmente el significado de la palabra reconciliación, en un país que aún no había iniciado las discusiones que llevarían al acuerdo de La Habana en 2016, y sin olvidar el trabajo realizado por la Comisión de la Verdad.
El primer encuentro de Jorge y Juan Pablo tuvo lugar el 3 de diciembre de 2009 en Bogotá. Jorge no quiso participar en el documental de Juan Pablo, pero aceptó verlo en privado, en un hotel de la capital.
“Desde el primer momento hubo una conexión energética”, me contó Juan Pablo durante una entrevista que le realicé el 23 de enero de 2022, desde Bogotá, seis semanas antes de la muerte de Jorge. “Me recibió con un abrazo directo, con una sonrisa muy auténtica, no una sonrisa falsa. Desde ese momento sentimos que podíamos superar ese dolor. Y así lo hemos venido haciendo, contándolo también, compartiéndolo”.
Dos niños jugando con sus carritos
Así fue como los dos jóvenes descubrieron que, en el momento del atentado, cada uno jugaba solo con sus carritos. A los 7 años, Juan Pablo estaba en el departamento de su abuela materna en Medellín, junto a su madre. Jorge, con 6 años y medio, estaba en la casa de su familia en el barrio Recreo de los Frailes. Por razones obviamente distintas, la muerte del ministro provocó un terremoto en sus respectivas vidas.
“Entendía que había muerto un personaje público importante”, expresó Juan Pablo sobre ese momento, “pero no distinguía el porqué de tanto afecto, preocupación o dolor de mi madre y mi abuela por la muerte del ministro. Se sabía que mi padre estaba detrás del asesinato. Eso nos cambió la vida por completo: la de toda la familia Lara, la del país, y la nuestra. Esa vida de opulencia, de grandes propiedades y lujos, desapareció. Desde entonces empezamos a vivir escondidos”.
María Eugenia Henao (hoy María Isabel Santos), viuda de Pablo Escobar, confirmó en una entrevista con Bandalos en enero de 2022, que para ellos también fue un antes y un después. “Pablo me mandó decir, como a los dos días, que alistara un maletín, que me fuera de la casa de mi madre, que me escondiera en un lugar desconocido, y que me mandaría una razón en algún momento. Estaba muy preocupada porque faltaban 15 días para que naciera mi hija, no sabía qué iba a pasar. Tenía apenas 22 años”.
“Juan Pablo y yo terminamos en el mismo país”
“A mí me matan a mi papá, y ellos arrancan al exilio, como íbamos a hacer nosotros”, observaba Jorge. “Al otro día los mandan para Panamá. Nosotros, al mes, salimos para España”, enumeraba, mostrando las similitudes en sus vidas. “De Panamá los devuelven a Colombia. Pero el Cartel de Cali los quería matar. Entonces Pablo empieza a enviarlos a diferentes lugares y así llegaron a Suiza. ¡Imagínate, con Juan Pablo terminamos en el mismo país!”.
Había corrido mucha agua bajo el puente desde que Jorge deseó vengar a su padre matando al hijo de Escobar, cuando ninguno de los dos había llegado a la adolescencia. Las similitudes en sus caminos de vida después de la tragedia los acercaron como adultos y fortalecieron su relación.
“Eso no ha hecho otra cosa que unirnos y construir una relación que ha sido muy difícil, porque hay un dolor muy fuerte en el medio. Pero Jorge tuvo un alma enormemente generosa, y eso nos permitió construir esta relación y pensar en proyectos juntos”, reconocía Juan Pablo.
Ambos compartían un poderoso deseo de reconciliación y un hecho evidente: Juan Pablo no era responsable de los crímenes de su padre.
Un par de amigos
“El día que tu papá mató al mío, mi vida cambió para siempre”, le dijo Jorge a Juan Pablo una noche en Madrid, después de compartir dos botellas de vino. A lo que Juan Pablo, con humor y agudeza, respondió: “El día que mi padre mató al tuyo, mi vida también cambió para siempre”.
Esa noche, mientras conversaban como amigos, se preguntaron: “¿Qué dirían nuestros padres si pudieran vernos? ¿Cómo hemos superado el odio, el deseo de venganza, el dolor, el resentimiento?”.
Continuará: «Crónica de un presente anunciado»