COP16: Colombia pide al mundo hacer la paz con la naturaleza
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El objetivo del secretario general de la ONU, António Guterres y de la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Susana Muhamad, quien presidirá la COP16 del 21 de octubre al 1 de noviembre en Cali, es hacer eco del desafío de paz total de Gustavo Petro, mientras el país sigue sufriendo el conflicto armado.
Por Guylaine Roujol
Una coalición de paz con la naturaleza. La elección de Colombia como sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, más conocida como COP16, no se limita al paralelismo entre la tan anhelada paz total y la que podría existir entre nuestra humanidad y otras especies del planeta, cada día un poco más en peligro de extinción. Colombia no fue elegida al azar, como recordó su embajador en Francia, Alfonso Prada, el pasado 3 de septiembre, en Casa Colombia, un espacio temporal destinado a promover la cultura y el deporte y ofrecer servicios consulares durante los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París, que acaban de concluir.
El país con mayor biodiversidad por km² es más que legítimo para ser sede de este evento mundial que aspira a preservar la diversidad biológica. Con la paradoja de que, mientras se siguen descubriendo nuevas especies –ranas, marsupiales, ratones y escorpiones– en los últimos años, más de 1,000 especies de plantas y animales están amenazadas, como en otras regiones del mundo.
Un país rico en múltiples ecosistemas
Con sus dos frentes sobre los océanos Atlántico y Pacífico, todos los niveles térmicos debido a la variedad de su altitud, desde el nivel del mar hasta el Monte Cristóbal Colón (5,775 m), el país de las orquídeas multiplica los récords y presenta todos los paisajes: desde el desierto hasta las zonas lluviosas del Orinoco, la Amazonía y la costa del Pacífico, hasta sabanas, valles fértiles, selvas y regiones tropicales. Cuenta con una diversidad de poblaciones y mestizaje heredado de su historia, múltiples especies endémicas y un resumen de los ecosistemas del planeta. Un dato ilustra esta situación: Colombia alberga el 10% de la fauna y flora del mundo.
La COP16 deberá hacer un balance de las acciones implementadas –o no– durante los dos años transcurridos desde la adopción del Acuerdo de Kunming-Montreal, que estableció el marco de una acción internacional contra la crisis de la biodiversidad el 19 de diciembre de 2022. La región de Cali, capital del Pacífico, símbolo de diversidad, no se queda al margen del cúmulo de datos vertiginosos. Junto con Chocó, Nariño y Cauca, el Valle y su Parque Nacional de los Farallones, santuario de más de 300 especies de aves y mamíferos, como ocelotes y pumas, encarna un pulmón de oxígeno y oro azul, con muchas especies endémicas, además de ser un paraíso para los observadores de aves.
Ocho jefes de Estado y 92 ministros de Medio Ambiente de los 196 países miembros de la Convención ya confirmaron su presencia en la ciudad del suroeste colombiano, con una alta presencia de afrodescendientes, y cuya región cuenta con muchas comunidades de pueblos indígenas. «Porque no se trata solo de tratar con los jefes de Estado o sus representantes, sino también con los actores de la sociedad civil«, expresó Luis Fernando Medina, representante de Colombia ante la OCDE. «La química del cambio climático se conoce desde los años sesenta. En cuanto a la biodiversidad, se sabe que se están produciendo extinciones a pasos agigantados. Por lo tanto, necesitamos conocimiento de todas partes y voluntad política de todas partes, no solamente de los gobiernos, sino también de la sociedad civil, de las comunidades«, agregó el economista, quien también es licenciado en filosofía.
Así se desarrollarán las negociaciones en la Zona Azul, en el Centro de Eventos Valle del Pacífico, al norte de la ciudad, gestionadas por el Secretariado de la Convención de Diversidad Biológica y administradas por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Las conferencias de prensa y las distintas reuniones también tendrán lugar en esta Zona Azul.
Mientras que la Zona Verde, en el sector más central del Bulevar del Río, materializará la COP de la gente, donde ONG, empresas y la sociedad civil en general podrán compartir su visión y propuestas para la protección de la biodiversidad.
«Los foros estarán especialmente dedicados a temas relacionados con los pueblos indígenas y las comunidades locales, la biodiversidad, pero también las empresas, las ciudades y los gobiernos locales, las finanzas, la juventud, las mujeres y la ciencia«, añadió Carolina Díaz, número dos de la Embajada de Colombia en París.
Pero el principal objetivo de Colombia en esta COP será promover la regeneración de la vida y revertir la crisis climática. Actuar sobre el clima, frenar la desertificación y la destrucción de la biodiversidad, fomentando medidas y acciones para un futuro sostenible, para frenar la dinámica mortal de esta triple crisis planetaria. La COP16 tiene como objetivo tratar de preservar lo que aún se puede salvar de los ecosistemas, las especies animales y vegetales, y los recursos genéticos. Un programa ambicioso.
Un importante sistema de seguridad desplegado en Cali y sus alrededores
La seguridad estará más que nunca en el centro de la organización, mientras Cali tiene la tasa de homicidios más alta de las principales ciudades del país –610 registrados durante los primeros ocho meses del año, mientras que hubo 190 en Medellín y 732 en Bogotá, con una población más de tres veces mayor–. Por otro lado, el EMC –disidencia de las ex FARC-EP, que rechazó los Acuerdos de Paz de 2016– había amenazado este verano con sabotear la reunión. «La COP16 fracasará, aunque militarice con gringos la ciudad«, trinó, denunciando la política del presidente Gustavo Petro sobre la explotación de los recursos hídricos y auríferos. El 1 de agosto, su comandante Andrés Patiño trajo un poco de paz al anunciar la suspensión de las operaciones militares ofensivas contra la fuerza pública entre el 11 de octubre y el 6 de noviembre a través de un comunicado.
Se desplegará un importante sistema de seguridad en Cali y sus alrededores, mientras la ciudad espera al menos 12,000 visitantes, expositores y diplomáticos de 90 países.
«Estos grupos están identificados, pero también tenemos respuestas militares. En este caso, con el EMC, hemos tenido altibajos en los ceses bilaterales y diálogos. Hay una imposibilidad total de que generen un riesgo para el Estado colombiano«, aseguró el embajador colombiano en Francia. «Tenemos una enorme capacidad de respuesta y un control del Valle«, dijo el diplomático, quien aseguró también que «si se tiene que reforzar, como se hizo con los Juegos Olímpicos en París, si hay algún tipo de información de inteligencia, responderemos con toda la fuerza.«
El pasado miércoles 4 de septiembre, las autoridades colombianas informaron haber prevenido un intento de atentado terrorista, con explosivos encontrados en un automóvil en el sector de El Vallado, una zona deprimida de la ciudad de Cali.
A finales de octubre, los focos estarán puestos en la Sucursal del Cielo, tercera ciudad más poblada del país, poco conocida por los turistas, que cada vez son más numerosos en el país andino, pero que en general prefieren Medellín. A nivel local, la esperanza de un impacto en la economía local y en la imagen de la región es tan grande como la de los organizadores para restaurar la armonía entre el hombre y la naturaleza.