Aristóteles tenía los ingredientes de una teoría de la justicia que creo que es muy poderosa y es que el trabajo de un buen acuerdo político es brindar a todas y cada una de las personas lo que necesitan para ser capaces de vivir una vida rica y próspera.

Ahora, por supuesto, no incluía a todas las personas, pero al menos tenía esa idea de apoyar la capacidad humana. Un nuevo enfoque muy poderoso apareció en escena en los siglos XVII y XVIII y ese fue el enfoque de contrato social. Hobbes, Locke, Rousseau, Kant… El enfoque del contrato social se inspiró en la cultura de fondo del feudalismo, donde todas las oportunidades se distribuían de manera inequitativa entre las personas según su clase, su riqueza heredada y su estatus. Y entonces, lo que dijeron estos teóricos es tratar de imaginar a los seres humanos despojados de todas esas ventajas heredadas y colocarlos en lo que llamaron el estado de naturaleza, donde sólo tenían su cuerpo natural y sus ventajas físicas, y tratar de imaginar qué tipo de arreglos harían realmente.

La tradición del contrato social es, por supuesto, una tradición filosófica académica, pero también tiene una tremenda influencia en la cultura popular y en nuestra vida pública en general porque todos los días escuchamos cosas como «oh, esa gente no paga sus propios gastos» o “habrá un lastre para nuestra economía”, por lo que la idea de que el buen miembro de la sociedad es un productor que aporta ventajas a todos, es una idea muy viva y está detrás del declive de los programas de asistencia social en Estados Unidos.

Creo que esta visión es la que se esconde detrás del escepticismo de muchos estadounidenses sobre Europa y la socialdemocracia europea. Es como si hubiera algo malo en la idea del cuidado materno como concepción de lo que realmente hace la sociedad. También lo vemos en imágenes de quién es el hombre real. El hombre real es algo así como estas personas en el estado de naturaleza, que no necesitan profundamente a nadie, que no están atados a nadie por lazos de amor y compasión. Se trata de solitarios que pueden hacer lo suyo a su manera y luego, fuera de las ventajas, elegirán tener ciertos tipos de acuerdos sociales.

Los teóricos del contrato social hicieron ciertas suposiciones que no siempre son ciertas. Asumieron que las partes de este contrato realmente son más o menos iguales en términos físicos y poder mental. Eso estaba bien cuando se piensa en hombres adultos sin discapacidades, pero como algunos de ellos ya comenzaron a notar, que no funciona tan bien cuando se piensa en mujeres, porque la opresión a las mujeres siempre ha sido ocasionada en parte por su condición física, su debilidad en comparación con los hombres y, por lo tanto, si se omite esa asimetría física, se puede estar dejando de lado el problema que una teoría de la justicia deberá solucionar, pero ciertamente no funciona bien cuando pensamos en la justicia para personas con discapacidades físicas y mentales graves.

Y de hecho, algunos de los teóricos que notaron eso, dijeron: Bueno, esto es un problema, pero tendremos que resolverlo más tarde, primero obtendremos la teoría y luego trabajaremos en este problema en algún otro punto.

Mi opinión es que esto no es un problema menor, hay muchas personas con discapacidades físicas y mentales graves, pero no solo eso, sino que somos todos cuando somos niños ya medida que envejecemos.

¿Cómo se piensa en la justicia cuando se trata con cuerpos que son muy, muy desiguales en su capacidad y su poder? Y tal vez incluso más difícil, ¿Qué pensar cuando se está tratando con poderes mentales que son muy, muy desiguales en su potencial? Creo que este es un problema político realmente serio que tenemos.

Estamos empezando a entender cómo educar a los niños con discapacidades, cómo pensar en su representación política, cómo diseñar ciudades que estén abiertas para ellos. Me refiero a ese puente que cruzamos, una persona en silla de ruedas puede cruzar ese puente, pero ya sabes hace 50 años que no hubiera sido así, hubiera habido escaleras y esa persona no hubiera podido llegar a ver esta hermosa vista del lago.

El enfoque de las capacidades como lo he desarrollado, como teoría de la Justicia, comienza con la idea de que todos los seres humanos tienen una dignidad inherente y requieren circunstancias de vida que sean dignas las áreas de la vida importantes. Cuando pensamos en las capacidades, son, por supuesto, las más básica: la salud corporal, la integridad corporal, el desarrollo de los sentidos, imaginación y pensamiento, el desarrollo del razonamiento práctico, el desarrollo de afiliaciones en la familia y la amistad, pero también en la comunidad política, el desarrollo de la capacidad de jugar y tener oportunidades recreativas, la capacidad de tener relaciones con otras criaturas y el mundo de la naturaleza…, porque creo que muchas teorías dejan de lado el hecho de que no queremos tener vidas llenas de miedo.

En mi opinión, la gente se junta para formar una sociedad, no porque tengan miedo y quieran llegar a un acuerdo para obtener ventajas mutuas, sino más bien por amor, porque quieren unirse a otros para crear un mundo que sea lo mejor posible.