¿Feminismo? ¿Han dicho feminismo?
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Se estrenó en Francia una película cuyo titulo traducido en español seria “Asuntos humanos”, adaptación de la novela epónima de Karine Tuil, premiada dos veces en 2019.
La sinopsis parece muy sencilla. Un estudiante es acusado de haber violado a una joven. Pertenece a una familia de un nivel social bastante alto, aunque sin comparación con la élite colombiana, un país donde la brecha entre clases sociales nada tiene que ver con lo que conocemos en Francia. Alexandre hizo estudios prestigiosos y evoluciona en el mundo festivo, sin mayores preocupaciones, como los que crecieron con una cuchara de plata en la boca.
Mila, la presunta víctima, ya que la película permite al espectador analizar si hubo o no violación, es una atractiva mujer, una adolescente conmovedora, poca experimentada en materia de amor y placeres carnales. Su madre, muy religiosa, le inculcó que el sexo antes o fuera del matrimonio convierte una mujer decente en una “perra”.
La película es dividida en 3 partes. Primero el relato de los hechos desde el punto de vista del acusado, una personalidad compleja, a veces entrañable, a otros momentos con actitudes odiosas sin siquiera darse cuenta, ya que, a los príncipes de la élite, siempre les parece normal gobernar su mundo. Pero el ser execrable no prejuzga la culpa. En segundo lugar, el punto de vista de la muchacha, una joven hermosa, tímida, introvertida, avergonzada de lo que le pasó, como lamentablemente suele pasar, un sentimiento común cuando una mujer se siente sucia. Los alegatos en el tribunal constituyen la tercera parte.
Una verdad que no coincide
Durante la primera hora de la película, el espectador trata de entender de manera binaria quien es el victimario. ¿Alexandre la violó? ¿O Mila trata de hacerle pagar algo? Uno está confundido. El violador parece sincero cuando niega el crimen. Pero es obvio que la víctima, en un estado de estrés postraumático, no finge su dolor.
Los alegatos, llenos de matices y con gran sutileza, tratan con extrema delicadeza la tragedia que finalmente afecta a estas dos existencias. Y nos sumergen en una profunda sensación de confusión. ¿Como podrían los dos ser sinceros y contar la verdad si eso no coincide?
Esta película desestabiliza las certezas de que, en tal situación, siempre hay un culpable y una víctima. A veces, pueden ser dos víctimas. Ambos con diferentes tipos de sufrimiento, pero igual de doloroso. Probablemente por eso creó malestar en la sociedad francesa y la obra ha recibido algunas críticas vehementes, especialmente de parte de las feministas.
Cómo salir de esta proyección sin que sus certezas sean sacudidas… Creo que sí, hubo violación. Pero más allá, comprendí que este encuentro entre dos mundos paralelos se había hecho sin interprete para permitir a los dos protagonistas que se entendieran. Hablaban el mismo idioma, solamente en apariencia.
El joven tuvo sexo furtivo con la muchacha, durante una fiesta, cumpliendo con ese deseo que surgió y desapareció tan rápido como llegó, después de consumir el acto. La dejó tirada para regresar a rumbear, seguro de que ella estaba consintiendo y hasta que le había dado algo de placer.
Dobles victimas
Ella se dejó penetrar después de una felación, en un estado de postración que él no percibió ni un segundo, ya que, en el mundo de Alexandre, las mujeres son más atrevidas. Tienen más poder. No consideran a los hombres como superiores y saben cómo decir eso cuando no quieren.
Así percibí que la muchacha devastada era una doble víctima. Si su familia le hubiera dado más seguridad en el tema de la igualdad entre hombres y mujeres, de repente habría sabido repeler los avances de su verdugo. A ella, les enseñaron que los hombres mandan. Por esto es necesario llegar virgen al matrimonio.
Él también fue víctima. Ignoraba que más allá de su mundo, habían mujeres sumisas. Si pensaba que ella estaba de acuerdo con eso, era porque ni siquiera podía imaginar que ella no pudiera expresarlo. Para él, esta mujer era su igual. Asimismo en el deseo, en la aceptación de su propia excitación, en el antojo de comerse al otro, aunque sea un casi desconocido, aunque sea por un momento. Sin ser despreciada por esta actitud.
Una lectura del feminismo hoy es que esta película es un atentado a los derechos de las mujeres porque cultiva una ambigüedad malsana en el tema del consentimiento.
Antes de ser mujeres, somos seres humanos
Desde mi punto de mi vista, es exactamente lo contrario. Es una oda a la fuerza y al poder de las mujeres, ya que cuando crecen en un entorno desde que son consideradas primero como seres humanos antes que como mujeres, pueden expresar más fácilmente un rechazo a una relación sexual no deseada. Y el consentimiento o su ausencia es claro.
Puede ser que lo analice así porque crecí con varones. Jugué con mis hermanos y sus amigos. Mis héroes eran los mismos que ellos. Era la menor y, como cualquier niño o niña, estaba aprendiendo de los mayores. Así fue como mi infancia se compuso de juegos de escondite, con carritos o juegos de construcción, montando a bicicleta y compitiendo con niños que de 4 o 5 años mayores. Me disfrazaba de Zorro, mi gran héroe. No me cuestionaba que yo era una niña y él un hombre. Al igual de un niño de 5 años que se viste con una capa de zorro y agarra su espada piensa que es Zorro, tampoco fue difícil para mí deslizarme en la piel de mi ídolo.
Así crecí. Y así es como me veo a mí misma. Y me gustaría que las mujeres se vean. Primero como un ser humano. Antes que como mujer. Quizás por eso creo que no soy feminista a pesar de sentirme libre e igual a los hombres. He cruzado la frontera de esta pelea.
Tampoco voy a escribir que cada vez que oigo la palabra feminismo, saco mi pistola, para parafrasear a lo que es erróneamente atribuido a Joseph Goebbels. Pero me genera a veces algo de desconfianza. No quisiera de una promoción en el trabajo por cumplir con cuotas. Me ofendería. En general, no participo a actividades o competiciones supuestamente reservadas a las mujeres. Se necesitaron siglos para que las niñas pudieran sentarse al lado de los niños en los salones de clases, mi piel se eriza cuando en Francia, por cuestión de religión, se busca horarios especiales para mujeres en las piscinas u otras actividades.
Pido disculpas a las mujeres en la lucha diaria por sus derechos. Especialmente a las mujeres colombianas que tienen tantas peleas que ganar. Entre el peso de la religión, tantas que quedan abandonadas como madres solteras, tantas que han sido víctimas sexuales o emocionales de la guerra o del conservatismo del país. Las luchas que ganaron hace tiempo la generación de mi madre y de mi abuela, mujeres fuertes, trabajadoras que nunca han sido sometidas a ningún hombre, lo que no les impidió enamorarse con locura o casarse porque no tiene que ver el uno con el otro, estas luchas, las mujeres colombianas todavía los tienen frente a ellas.
Me solidarizo con ellas. Pero les pido perdón porque más que feminista, yo me siento y defino a mi misma como humanista.
Guylaine Roujol
Guylaine Roujol
2 thoughts on “¿Feminismo? ¿Han dicho feminismo?”
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Estoy de acuerdo con su definición y explicación sobre feminismo soy mujer independiente cabeza de familia e amado y e sido amada tengo muchas décadas a mis espaldas no puedo entender que es feminismo atacar a los hombres no entiendo de verdad que no entiendo
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Me gusta su columna 👍👍
2 thoughts on “¿Feminismo? ¿Han dicho feminismo?”
Estoy de acuerdo con su definición y explicación sobre feminismo soy mujer independiente cabeza de familia e amado y e sido amada tengo muchas décadas a mis espaldas no puedo entender que es feminismo atacar a los hombres no entiendo de verdad que no entiendo
Me gusta su columna 👍👍