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¿Hay una moral infantil?

Peter Singer

¿Hay una moral infantil?

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Peter Singer

Consideremos los siguientes enunciados descriptivos de juicios éticos:

Si un niño tiene hambre o está herido, sus padres o amigos están más obligados a ayudarlo que un desconocido.

Puestos a elegir entre salvar la vida de un ser humano o la de un perro (o la de muchos perros), nuestro deber es salvar al ser humano.

Damos por sentado que casi todo el mundo coincidirá con estos juicios éticos. Pero no es así. Hay un grupo importante de personas que no coincide. Dos estudios realizados en los últimos dos años, en los que se comparó lo que piensan los adultos en relación con las preguntas mencionadas y lo que piensan niños de entre cinco y diez años de edad, hallaron una diferencia significativa en las respuestas.

Ambos estudios tratan de echar luz sobre la formación de los juicios éticos, y ayudarnos así a responder una de las Grandes Preguntas respecto de la conducta moral: ¿es más bien un hecho cultural o es innata?

Los antropólogos que salieron a recorrer el mundo en el siglo XIX y principios del XX regresaban con relatos que ponían el acento en las diferencias entre las creencias morales de diversas sociedades. Por eso se impuso la idea de que la conducta moral es un fenómeno cultural.

Pero en los años setenta, teóricos de la evolución como E. O. Wilson y Richard Dawkins empezaron a cuestionar las explicaciones de la conducta moral basadas en la cultura. Sostenían que buena parte de la conducta humana se puede explicar apelando a la selección genética, no necesariamente dirigida a la preservación de cada organismo individual, sino más bien a la preservación de genes que es probable que un individuo comparta no sólo con su prole sino también con otros parientes. De modo que las normas morales que imponen más obligación de ayudar a parientes que a desconocidos serían resultado de la evolución, además de otras que alientan la formación de relaciones recíprocas con beneficios mutuos.

La idea evolutiva de los orígenes de la conducta moral tiene muchos datos que la respaldan, entre ellos el descubrimiento de que existen precursores de ella en otros mamíferos sociales, algunos de los cuales (como demostró Frans de Waal) poseen un evidente sentido de justicia. Este sentido puede incluso ser más desarrollado que un mero «ráscame (= despiójame) la espalda y yo te rasco la tuya», llegando a implicar algo parecido al principio de igual remuneración por igual trabajo: «¡Me niego a aceptar una bolita de pienso por hacer la misma tarea por la que a otro mono le diste una uva!».

Pero a la teoría evolutiva no le resulta fácil explicar la idea de que estamos obligados a ayudar también a los desconocidos. En mi libro The Expanding Circle, aunque acepto la explicación evolutiva de los fundamentos de la moral, la complemento con el argumento de que nuestra facultad racional no sólo nos sirve para sobrevivir y reproducirnos: también nos permite adoptar una perspectiva universal, que nos muestra incluso a un desconocido como alguien que se nos parece y cuyas necesidades no podemos ignorar.

Hay indicios de que los niños piensan así. Uno de los dos estudios mencionados (dirigido por Julia Marshall, investigadora de posdoctorado en el Boston College) muestra que niños de entre cinco y diez años de edad dicen que los desconocidos están obligados a ayudar a un niño hambriento o herido. Pero los niños de más edad y los adultos están más inclinados a diferenciar entre desconocidos (sin obligación de ayudar) y padres o amigos (que están obligados).

El estudio se realizó en Alemania, Estados Unidos, la India, Japón y Uganda, y en todos estos países, los niños más pequeños dijeron que los desconocidos están obligados a ayudar. La principal diferencia cultural hallada fue que en la India, Japón y Uganda, los participantes dieron menos importancia a las diferencias entre padres, amigos y desconocidos que en Alemania y los Estados Unidos. En Uganda, de hecho, los niños de más edad se mostraron incluso más inclinados que los más pequeños a considerar que tanto amigos como desconocidos tienen obligación de ayudar.

El otro estudio (dirigido por Matti Wilks, profesora en la Universidad de Edimburgo), en relación con si es más importante salvar a un ser humano o a un animal, también mostró que los niños de entre cinco y nueve años de edad tienen una visión más inclusiva que los adultos. Pero en este caso, fue una visión más inclusiva respecto del valor de la vida. Casi todos los adultos consideraron que era más importante salvar a un solo ser humano que a cien perros o cerdos, pero para muchos niños era igual de importante salvar a un perro o salvar a un ser humano; y aunque valoraron más a los perros que a los cerdos, la mayoría todavía eligió salvar a diez cerdos antes que a un solo ser humano.

Esto tal vez ayude a explicar por qué algunos niños criados en hogares carnívoros se niegan a comer carne cuando descubren que procede de un animal al que se mató (un video que muestra a una niña pequeña haciendo exactamente eso alcanzó unos ocho millones de reproducciones).

Ambos estudios hacen pensar que los niños pequeños tienen una sensibilidad moral amplia, tanto en relación con quién está obligado a ayudar a un ser necesitado cuanto a la extensión del conjunto de seres merecedores de esa ayuda. Los estudios también indican que en la mayoría de las culturas, esa sensibilidad se va estrechando durante el desarrollo del niño. ¿Es ese estrechamiento resultado de la crianza y de la inmersión cultural, o tal vez los niños revisan sus juicios conforme van aprendiendo más sobre el mundo? Todavía no hay respuesta a estas preguntas.

Ambos estudios coinciden en algo más: la coautoría de Paul Bloom, profesor de psicología en la Universidad de Toronto. Bloom ha reconocido que los hallazgos de los dos estudios ponen en duda afirmaciones que hizo en su libro Just Babies. Este reconocimiento es loable: sólo en la medida en que nos mantengamos abiertos a la evidencia empírica podremos desenmarañar el papel de la cultura, la biología y el raciocinio en la formación de los juicios éticos.

Publicado con la autorización de Project Syndicate.

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