La guerra económica donde todos pierden
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El tratado de libre comercio entre México, EE. UU. y Canadá ha sido uno de los más exitosos en fortalecer las tres economías.
México superó a China como el país que más productos le vende a EE. UU. con 425 billones en ventas anuales, desde tocino y aguacate hasta carros. Fábricas que antes producían en EE. UU. ahora producen en un mercado de menor salario.
Canadá les da gas y energía a precios bajos, lo que ha ayudado al desarrollo de muchas industrias en EE. UU. Canadá compra más de 150 billones anuales a los EE. UU., dándoles preferencia en la compra de vinos, cerveza, jugo de naranja y más.
Por eso, los dos mejores amigos y vecinos de EE. UU. quedaron consternados con el inmediato mandato de Trump de implementar una nueva tarifa del 25% en todos los productos de ambos países.
Eso, sin duda, creará inflación en EE. UU., que ahora compra tantos productos de estos países, y además creará la necesidad de buscar otros países que vendan esos productos. También es posible que una medida tan radical cree desempleo en los tres países.
La guerra económica entre los tres países es negativa para todos ellos.
La pregunta es: ¿cuánto tiempo puede durar esto? Con Petro, la amenaza duró un día. Con México y Canadá, sería sorprendente que pasara de tres meses, porque los efectos negativos serán inmediatos y muchos lastiman a la clase baja y media de EE. UU. que votó por Trump.
La falta de conocimiento económico y la falta de diplomacia con sus dos vecinos directos y mejores aliados históricos dejan aún más preocupado al mundo sobre el efecto en la economía mundial.